La ley moral es la base sobre la cual se llevan a cabo la mayoría de nuestras acciones cotidianas. Algunos de los pensadores de mi tiempo trataron de desarrollar sus constituciones teóricas en torno a una base moral, creando una especie de constitución universal.
Esto rara vez funciona, si alguna vez. Cada sociedad está sujeta a sus propios problemas y, como tal, a sus propias soluciones. Con respecto a los asuntos de derecho, poder y moralidad como estado, uno nunca puede realmente eliminar el problema. Solo pueden comprender mejor y aplicar una solución racional.
He organizado esto en seis “pasos”, por así decirlo.
- No existe una solución universal a los problemas políticos de una sociedad.
- Cada sociedad necesita una solución diferente.
- Cada solución dependerá de factores culturales, históricos y geográficos. No será al azar.
- No existe una solución perfecta. Cualquier cosa solo puede ser mejor o peor que su predecesora.
- Nunca puede existir una solución permanente, ya que siempre está sujeta a cambios y corrupción.
- Cualquier solución viable y decente debe ser producto de una consideración exhaustiva, lógica e imparcial de los factores.
Esto puede parecer que prohíbe estrictamente cualquier ambigüedad, pero incluso la ley objetiva está sujeta a interpretación. Es por eso que nunca pueden existir soluciones perfectas o permanentes. Seguir una brújula moral dentro de los límites de las leyes establecidas es lo que evita que una sociedad se desmorone. Por eso es importante la ley moral.