Actualmente, la ingeniería genética intencional que hemos estado haciendo no está dirigida a los humanos, excepto en los descendientes que tienen síndrome de down y enfermedades congénitas similares. Incluso las personas que nacen con esas enfermedades generalmente no tienen descendencia propia, y por lo tanto no hay una diferencia real con respecto a un fenotipo social a largo plazo. Por supuesto, pero disminuyendo las personas nacidas con esas enfermedades, cambiamos el fenotipo demográfico en cualquier generación.
Así que, por supuesto, lo que estamos haciendo actualmente tiene muy poco efecto sobre la especie humana en el futuro. Sin embargo, otras formas de ingeniería genética, como las mujeres que deciden tener hijos más tarde en la vida, o como somos capaces de hacer más predicciones sobre las características de los genes cuando aún son fetos, esto puede cambiar la especie humana. Por ejemplo, entre las mujeres que esperan hasta más tarde en la vida para tener hijos, las que tienen retraso de la menopausia tienden a tener más hijos. Así que esto puede ser un rasgo seleccionado. Si los genes particulares están vinculados a la inteligencia, o la belleza después de la pubertad, entonces la ingeniería genética específica puede hacer que esos genes se conviertan en “domesticados” en los seres humanos.