Buscando cambiar tu percepción de la realidad de la experiencia. Uno debe buscar reinterpretar la experiencia de una manera que le otorgue poder, en lugar de una manera que cree en la mente la creencia en la “victimización”. Ese sentimiento de victimización y el sentimiento personal de desempoderamiento que lo acompaña es una gran parte de nuestro dolor e incomodidad. En lo más profundo, en nuestro espíritu, sabemos que es una mentira, pero no podemos evitar adherirnos a las creencias que nuestra mente humana ha aceptado, como la validez de ser victimizado.
La tierra es una escuela, una escuela muy dura. No puedes estar aquí a menos que seas lo suficientemente fuerte como para manejar las tareas. También se le llama la ‘vía rápida’.
Existe una ley universal que navega nuestro curso y, de hecho, esta ley sobre todas las demás, que permite que el mundo sirva a nuestra educación. Esa es la ley del karma. Esta ley establece que estamos profundamente conectados con el corazón de la mente universal. Nuestros pensamientos, intenciones y acciones son reverberados por frecuencias vivas y cuando el momento es el correcto, esas frecuencias regresan y se reinsertan en nuestras vidas. De esta manera, nos hacemos más conscientes de lo que creemos y de cómo percibimos la vida.
¿Por qué pasó esto? Para que cada uno pueda tener una experiencia práctica en un nivel de sentimiento profundo, cómo se sienten los diferentes tipos de energía y cómo se manifiestan nuestras acciones ante los demás en el universo.
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Este mecánico trabaja sobre nuestras creencias. Sin excepción, nuestros traumas en la vida son poderosos maestros. Nunca nos encontramos con un maestro que no podemos encontrar con fuerza. Muchas veces, la lección es encontrar la profundidad de la fuerza para igualar el poder del trauma. Una vez que recuperamos esta fuerza, nunca más se quita. Es la fuerza que ganas. Te pertenece.
Esta percepción del karma y nuestra conexión con el universo, así como el hecho de que, en verdad, nada sale mal, sino que es una extenuación de un aprendizaje que hemos acordado recibir a nivel del alma, nos devuelve el poder que sentimos. El trauma nos quita.
Hemos vivido muchas vidas, e incluso nos hemos levantado una y otra vez desde la aparente muerte. Ya hemos superado un trauma mucho mayor que nuestras vidas presentes.
Somos significativos para el universo. Cada uno de nosotros es atendido cuidadosamente, y estamos lejos de estar solos. Estamos rodeados de aliados, ángeles y seres queridos que se han cruzado y permanecen para siempre a nuestro lado.
Kahlil Gibran, quien escribió un libro llamado, El Profeta, escribió una gema hermosa y atemporal relacionada con el dolor: “El dolor es la ruptura de la concha que encierra nuestra comprensión”.
No hay otra razón por la que NUNCA experimentemos trauama, lucha o dolor en la vida que nuestra liberación final DE LA misma.
Cree en ti mismo. Agradece que este trauma haya quedado atrás y no delante de ti. Esté abierto para ser empoderado por la fuerza que se inflamará en usted. Sabrás que la fuerza se presenta con cada respiración que DECIDAS tomar.
Paz.