El miedo suele informar a alguien de peligro o riesgo. Hay síntomas fisiológicos de miedo que podrían ocurrir incluyen:
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Músculos tensos
- Apretar los dientes
- Piel enrojecida, sonrojándose
- Pelo parado en la punta
- Malestar estomacal
- Hiper conciencia de los alrededores.
- Transpiración
Entre otras reacciones sensoriales, los anteriores son algunos síntomas de miedo. Nos enseña a discernir entre el peligro real y el miedo imaginado. Los síntomas pueden ocurrir por temores reales o imaginarios. La experiencia nos da la oportunidad de explorar más a fondo si el miedo es apropiado para la circunstancia.
Podemos tener miedo de los payasos, pero a medida que experimentamos los síntomas del miedo, podemos descubrir que hay pocas razones para temer a los payasos (a menos que sea John Wayne Gacy). Podemos tener miedo o miedo en la oscuridad. A medida que experimentamos la oscuridad y evitamos el daño, aprendemos a ser menos temerosos de la oscuridad.
A la inversa, si ves un gran oso en el sendero en el bosque por el que caminas, el miedo te ayuda a reaccionar rápidamente para alejarte (lucha o huye). El miedo en este caso nos mantiene a salvo.
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Así que el miedo nos ayuda a identificar las emociones (síntomas fisiológicos) que experimentamos. Nos ayuda a tener cuidado al descubrir si hay peligro o no. Es una de esas emociones que nos ayuda a discernir muchas señales ambientales rápidamente para determinar la seguridad frente al riesgo.