¿Podemos eliminar la guerra moral y militar?

El ejército es una organización malvada e inmoral.

Su producto final es la destrucción de las mentes, la propiedad y, en última instancia, la vida.

Utiliza un concepto de orgullo nacional engañado para engañar a las personas jóvenes y crédulas para que “sirvan a su país”, y si eso falla, intentan obtener dinero.

Y dado que todos los políticos se salivan del poder militar de su condado, se aseguran de que haya un pozo de fondos sin fondo disponible, sin importar el costo para los contribuyentes.

Pero no se detienen allí, también pervierten a los científicos.

Se aseguran de que todas las invenciones nuevas se evalúen primero por su valor “estratégico” y luego financian la investigación de aquellas que son prometedoras.

Entonces, ¿cómo se puede reducir esta fuerza vil? Sencillo. No tengas nada que hacer con eso. Hambre de sus recursos humanos.

Los políticos siempre lo prodigarán con fondos. Esto no puede ser detenido. Sin embargo, en última instancia, siempre dependerá de las personas, y ahí radica su debilidad.

Los gobiernos de los países más desarrollados no se atreven a introducir (o reintroducir) el Servicio Nacional.

Así, si los científicos se unen a la causa, los militares se paralizarán.

En este momento, los gobiernos están buscando el día en que la ciencia haga que las “botas en el suelo” se vuelvan obsoletas.

Se desconoce si esto sucederá alguna vez. Pero si lo hace, es seguro que los países “desarrollados” lo lograrán primero.

Lo que a su vez resultará en una continuación y escalada de la única arma que los países en desarrollo tienen a su disposición: el terrorismo.

Así que, a menos que la gente y las cabezas de huevo se unan, el futuro no es brillante.

Lamentablemente no.

El mal existe. Y segundo, los seres humanos siempre querrán poder, y usan cualquier medio necesario para obtenerlo. No veo ninguna de esas cosas cambiando. Siempre.

(1) Si establecemos que la religión debe ser tratada exactamente como el sexo: debe realizarse de forma privada y en secreto.

Si consideramos el acto de guerra de cualquier nación como un acto criminal punible de la misma manera que el asesinato y podamos aplicar el castigo, resolveríamos ambos problemas.

Mi sugerencia puede parecer simplista pero es verdadera y posible. “Vox populi wox dei” La voz y la voluntad de la gente del mundo es realmente lo que cuenta.

Rebarbaretea la voz de Dios.

Michel Di Sclafani

Si creas un sistema de educación universal con eso en mente, probablemente.