El mundo vendería baratijas al borde de las tierras pantanosas.
Al ser descubiertos, los lagartos emergen y en poco tiempo infectan a la humanidad con algunas de las horribles enfermedades que evolucionaron en sus condiciones subterráneas estrechas. La gripe aviar fue lo suficientemente grave, pero espere hasta que vea la versión reptiliana. A continuación los humanos descubrirán las drogas lagarto. Estos se ingieren a través de la piel y tienen un efecto mucho más adictivo y debilitante en los humanos con los poros abiertos de nuestra piel. Las lagartijas luego pasan de vernos como monos inteligentes y monos a déspotas enfermas y repugnantes enfermas. En esta etapa intentarán intervenir para “ayudarnos”. Lo hacen adoptando niños, a cambio de drogas y medicamentos, y llevándolos a la clandestinidad, donde están equipados con prótesis para que los niños puedan aprender su lenguaje de color. Este es un fracaso miserable ya que los niños humanos sudan constantemente con el calor, usan toda el agua y cortocircuitan las prótesis y cualquier otra tecnología que intenten operar. Entonces, son enviados de vuelta a la superficie donde son rechazados por sus comunidades anteriores. Finalmente, para contener el problema humano, los humanos son llevados a tierras pantanosas para las que los lagartos no tienen uso. Con el tiempo, los lagartos reflexionan sobre los acontecimientos pasados y lamentan cómo destruyeron la civilización humana, y mientras tanto, los restos de la humanidad abren tiendas de regalos al borde de los pantanos, donde venden las baratijas antes mencionadas.