Gracias por la A2A.
Para ir con la corriente, o para nadar contra la corriente.
Ha habido muchas confusiones en mi corta vida de 18 años, pero en última instancia, este es el tema de todos los problemas recurrentes en mi vida. Tomar el camino no tomado, como diría Robert Frost.
Tuve una crisis existencial aguda hace aproximadamente un año. Y al final, elegí nadar contra la corriente. Sí, fue más difícil que cualquier cosa que haya hecho, y mi cerebro me rogaba que parara. Pero seguí mi corazón, y en las palabras de mi mentor Elliott Hulse, decidí “saltar del precipicio y dejarlo ir”.
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Cuando decides dar ese salto, cada problema que enfrentas te enamora. No porque los disfrutes, sino simplemente porque son tuyos más que nada en el mundo. Tratas con ellos, peleas con ellos, pero nunca los abandonas. Porque renunciar a tus problemas es renunciar a la esencia misma de quién eres como ser humano.
Solo lamentamos las cosas que no hacemos. Así que decidí tomar un sesgo hacia la acción.
Cuando vamos con el flujo terminamos donde todos los demás lo hacen. Cuando nadamos contra la corriente, la batalla es más difícil, pero la victoria es más dulce.
Entonces, para responder a tu pregunta, esta fue la confusión que me atormentó durante más tiempo. Hasta que decidí terminarlo.