Walt podría haber quedado más impresionado con la computadora portátil, a primera vista. Las computadoras, durante los últimos años de Walt, eran del tamaño de los autobuses escolares y necesitaban personas muy versátiles en binario para programarlos e interpretar sus cálculos. Un dispositivo portátil que puede calcular sus impuestos, le muestra el 80-90% de la producción intelectual del mundo desde que la humanidad descubrió que escribir y comunicarse con una comunidad de miles de millones de personas, instantáneamente, impresionaría al hombre más que hacer películas con ese dispositivo. El hecho de que su compañía tomara la decisión de usar una herramienta de este tipo para las películas de Disney (así como sus parques temáticos) lo habría enorgullecido.
Lo que lo habría enojado fue cómo sus sucesores dejaron que su imperio casi se derrumbara al dejar ir a algunas de las mentes mejores y más brillantes empleadas allí, solo para luego ser readquirido comprándolos.