Lo creas o no, todos tenemos nuestras propias creencias, sean religiosas o no. Así que eso es lo primero que la gente no se da cuenta: no existe una cosmovisión que sea cualitativamente empírica o objetiva. Ateos como yo y otras personas a las que se les ha dado una educación moderna secular, todavía tienen cerebros humanos, y la forma en que el cerebro humano percibe el mundo no es un proceso científico. Nuestras perspectivas están necesariamente limitadas por las leyes de la física y nadie tiene un conjunto perfecto de creencias fundamentales que conforman una visión del mundo inmaculadamente precisa. La gente simplemente no puede hacer eso.
Lo siguiente que debes decir es que la religión puede no ser lo que crees que es. No es solo una colección de historias tontas sobre un hombre en el cielo. La religión es un antiguo conglomerado de muchos aspectos centrales de la sociedad que a menudo están más separados y más desarrollados hoy en día, pero siguen siendo importantes. Las religiones incorporan organización social, gobierno, conocimiento médico, actividades filosóficas (y pre-científicas), astronomía, cosmología, historia, etc.
Hay grupos de creencias compartidas por la mayoría de las personas en nuestra sociedad que nos permiten funcionar juntos y, en diversos grados, identificarnos más armónicamente. Si estas creencias se refieren principalmente a hombres invisibles en el cielo o lo que sucede después de que morimos o, en general, cuán “científicos” son, no es tan crítico para la naturaleza de los fenómenos como la gente piensa. Ciertamente, debemos operar nuestra sociedad en base a nuestro conocimiento (imperfecto, pero presumiblemente correcto) de cómo funciona el universo. La amplia lucha en la que se encuentra ‘religioso versus no religioso’ es simplemente llevar a todos a la misma página en términos de lo que realmente está sucediendo en el mundo, por ejemplo, las perspectivas políticas. Mi sugerencia es buscar formas de integrar mejor la tecnología en la sociedad para ayudar a aliviar este y otros problemas.