¿Es el soborno parte de nuestras vidas?

Te daré un ejemplo:

Había unos padres que intentaban entrenar a su hija a ir al baño, y ella decidió que ya no usaría el baño y esto fue por meses dejando a los padres frustrados. Entonces se les ocurrió una idea. Tenía casi 3 años y sabían lo que le gusta más que cualquier otra cosa. Entonces le hicieron una oferta a su hija de que si vas a ir al baño, te daremos una bolsa de tus dulces favoritos. Y sorprendentemente, funcionó a la perfección. Cada vez que iba al baño, lo anunciaba, iba al baño y los padres le daban sus dulces favoritos. Entonces, usted sabe que los sobornos (solo tiene que encontrar el adecuado) incluso funcionan con niños pequeños.

Te daré un ejemplo más:

Hubo un experimento realizado por la escuela titulado ‘¿Pueden los estudiantes ser sobornados para el éxito?’ Este experimento tuvo lugar inicialmente para estudiantes de novena clase.

Los premios del experimento fueron:

* Al final de cada año académico, todos los estudiantes que cumplan con la condición de este experimento recibirán Rs. 1000

* Además, también serán elegibles para la lotería, donde pueden ganar Rs. 5000

Y las condiciones fueron:

* Cada estudiante tenía que superar el 60% en todas sus materias.

* Sin suspensión en el calendario anual.

* Mínimo de 90% de asistencia.

Resultado: hubo un aumento del 30% en los estudiantes con buenas calificaciones.

Ya ves, a los humanos les encanta que los sobornen. Para algunos actúa como una motivación, para algunos su propósito, pocos los toman como su necesidad. Entonces, ya sabes, el soborno siempre ha sido parte de nuestras vidas.

Respuesta corta, si.

Por desafortunado que sea, pero es cierto. El soborno se ha convertido en parte de nuestra vida. No solo en nuestra “vida adulta”, sino que nos criamos así.

¿Alguna vez has recibido algo de uno de tus padres a cambio de no decirle nada al otro? ¿O ha recibido algún regalo a cambio de hacer su tarea o estudiar? Todos estos son ejemplos de soborno. Por inocente que parezca, la gente sin saberlo está educando a sus hijos sobre el soborno. Esta situación se intensifica aún más, y se convierte en nuestra naturaleza tomar algún “incentivo”, por algo que deberíamos estar haciendo porque es nuestro trabajo hacerlo.