Si tuviera que quitar una espina del cuerpo de un león, ¿me mataría después?

Los ojos de un animal tienen el poder de hablar un gran idioma. ¡Los animales son amigos tan agradables que no te hacen preguntas, solo te piden amor y atención!

Una obra muy famosa, Androcles and the Lion, escrita por George Bernard Shaw, cuenta la historia de Androcles, un esclavo que es salvado por la misericordia requerida de un león.

Un esclavo llamado Androcles escapó una vez de su amo y huyó al bosque. Mientras deambulaba por allí, se encontró con un león acostado gimiendo y gimiendo. Al principio se dio vuelta para huir, pero al descubrir que el león no lo perseguía, se volvió y se acercó a él. Cuando se acercó, el león extendió su pata, que estaba hinchada y sangrando, y Androcles descubrió que una espina enorme se había metido en ella y le estaba causando todo el dolor. Sacó la espina y ató la pata del león, que pronto pudo levantarse y lamer la mano de Androcles como un perro.
Pero poco después, tanto Androcles como el león fueron capturados, y el esclavo fue sentenciado a ser arrojado al león, después de que este último hubiera permanecido sin comida durante varios días.
El emperador y toda su corte vinieron a ver el espectáculo, y Androcles fue llevado al centro de la arena. Pronto el león fue liberado de su guarida, y corrió saltando y rugiendo hacia su víctima. Pero tan pronto como se acercó a Androcles, reconoció a su amigo, lo aduló y se lamió las manos como un perro amigable.
El emperador, sorprendido por esto, convocó a Androcles para que le contara toda la historia. Con lo cual el esclavo fue perdonado y liberado, y el león se soltó a su bosque nativo.

¡Los animales te tratan como a ti!