Creo que encontrar la alegría y la satisfacción con una felicidad sin igual dentro de uno mismo es el Gran Tema de la vida. Encontrar la paz interior es la clave para ello.
Incluso si la vida te diera de una vez todo lo que querías: riqueza, poder, amigos, después de un tiempo volverías a sentirte insatisfecho y necesitarías algo más. Pero hay una cosa que nunca puede volverse obsoleta: la alegría misma. La felicidad que es deliciosamente variada, aunque su esencia es inmutable, es la experiencia interna que todos buscan. Duradera, siempre nueva alegría es Dios. Al encontrar esta Alegría en el interior, la encontrarás en todo sin ti. En Dios, tocarás el embalse de la felicidad perenne e interminable.
Cuando te sientas en el silencio de la meditación profunda, la alegría brota desde dentro, despertada por ningún estímulo externo. La alegría de la meditación es abrumadora. Aquellos que no han entrado en el silencio de la verdadera meditación no saben qué es la verdadera alegría.
Si has perdido la esperanza de ser feliz, anímate. Nunca pierdas la esperanza. Tu alma, siendo un reflejo del siempre alegre Espíritu, es, en esencia, la felicidad misma.
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Recuerde que cuando no está contento, generalmente se debe a que no visualiza con suficiente fuerza las grandes cosas que definitivamente desea lograr en la vida, ni emplea con suficiente firmeza su fuerza de voluntad, su capacidad creativa y su paciencia hasta que sus sueños se materialicen. .
Manténgase ocupado haciendo cosas constructivas para su propia superación y para el beneficio de los demás, ya que quien quiera entrar al reino de Dios debe tratar de hacer el bien a los demás todos los días. Si sigues este patrón, sentirás la alegría que disipa el estado de ánimo al saber que estás avanzando, mental, física y espiritualmente.