Si Dios te da una oportunidad de cambiar la personalidad de otra persona, ¿quién sería?

Anoche, en medio de un humo blanco, Dios apareció frente a mí e interrumpió mi siesta.

Robert: ¿Quién es?

Dios (tosiendo): Soy yo, el tipo en el que no crees, tu Dios.

Robert: ¿Qué pasa con el humo, señor?

Dios (aún tosiendo): Ejem … ejem … Tu elección de hierba es terrible.

Robert: ¿Fumaste mi marihuana?

Dios: no es importante. Vamos a cortar por lo sano. Estoy aquí para concederte una bendición.

Robert: Wow … Increíble … ¿Pero qué hice para merecerlo?

Dios: Bueno, es mi estilo. Elijo a una persona cada 100 años. Y esta vez, los dados que tiré del cielo aterrizaron en tu patio trasero.

Robert: ahhh, está bien. Entonces, ¿puedo desear lo que quiera?

Dios: Umm, no. Puedes pedir la personalidad de otra persona. Vivirás la vida de otra persona y esa persona vivirá la tuya. Cambiaré las almas de ustedes dos.

Robert: Impresionante … ¿Puedo convertirme en cualquiera?

Dios: Sí, pero esa persona debería estar viva hoy.

Robert: está bien.

Dios: Entonces, ¿quién será?

Robert: Lo he pensado y quién mejor que el mismo Dios.

Dios: ¿Perdón?

Robert: Me gustaría ser tú.

Dios: No no no … tiene que ser un terrícola. Retira mi nombre.

Robert: No me lo dijiste antes.

Dios: Deja de jugar, tonto. Retoma mi nombre o te quito la vida.

Robert: Me creaste, así que sí, tómalo, pero antes de eso, concédeme mi bendición. No puedes simplemente romper tu umm, sabes “código de Dios”.

Dios

Robert: ¿eh?

Dios

Robert: ¿Dónde estás desapareciendo? ¿Dios? … Dios?

Dios: al diablo con el código. Me has cabreado y has comprado el boleto más rápido al infierno, smarty-pants.

Robert: pero …

Dios: envía mi hola a Satanás

Robert: No … por el amor de Dios.

Adiós.