Los viajes aéreos se verían gravemente afectados, no solo localmente, sino en todo el mundo. Dada su proximidad al ecuador, la ceniza probablemente afectaría a los hemisferios norte y sur. Malasia, Singapur y gran parte de Indonesia quedarían totalmente devastados por la caída de cenizas. El mundo probablemente vería algo parecido a un invierno nuclear que duró al menos varios años. La erupción de Tambora creó el famoso “año sin verano” y estamos hablando de un evento 10 veces mayor que eso. El clima extraño se convertiría en la norma por un tiempo, los cultivos fracasarían en todo el mundo y la hambruna se establecería. La hambruna afectaría a los países más pobres de manera más directa, pero es de esperar que surja una depresión mundial debido a la falta de alimentos básicos.
Estos efectos serían temporales, pero desagradables por decir lo menos. Sin embargo, las probabilidades de que alguno de nosotros o nuestras próximas generaciones estén vivas para tal evento son bastante bajas.