Al final de Logan, Wolverine muere. Indiscutiblemente muere. Lo mataron, y ni una sola roca en su tumba se mueve como un reclamo para un posible regreso. Las razones de la muerte de Logan son:
Primero, el hecho de que el asesino final de Logan fuera un clon de sí mismo fue un gran problema. A lo largo de toda la carrera del personaje, su mayor pelea fue con los demonios dentro de él. Nunca podría escapar de su oscuro pasado, aunque lo intentaba constantemente.
Al principio de la película, Logan habla mucho sobre suicidarse. Afirma que nunca podría vivir consigo mismo debido a las cosas terribles que había hecho.
X-24 era un clon directo de Logan, y uno que se parecía al aspecto más clásico de Wolverine. Esto simbolizaba el pasado de Logan que finalmente lo alcanzaba y le quitaba la vida tal como lo había discutido.
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En segundo lugar, el final de Logan vio al personaje finalmente a la altura del potencial que Charles vio en él desde el primer día. Al comienzo de la primera película de X-Men, Xavier reveló que sabía que Wolverine algún día sería un líder. Mientras vimos eso en las otras películas, Logan vio al personaje realmente intervenir y tomar el lugar de Charles como un salvador de mutantes.
Los niños en el bosque eran los únicos mutantes que quedaban en el mundo, y no tenían a nadie que los guiara. Logan intervino y dio de sí mismo, algo que nunca disfrutó hacer, para verlos ponerse a salvo. Toda la raza mutante dependía de Logan, y él se puso a la altura del desafío.
El tercer y último momento simbólico en la película llegó en la última escena. Cuando los niños se alejaron de la tumba de Logan, Laura se volvió para decir un último adiós. Tal vez en la escena más triste de la película, la joven tomó la improvisada cruz del suelo y la giró hacia un lado. Una sola X se sentó a la cabeza de la tumba del héroe.
Obviamente, esto fue bastante triste porque él es la cara de los X-Men, pero el símbolo va un poco más profundo que eso. Jackman fue el último actor de los X-Men originales que todavía retrataba a su personaje. Esa simple cruz significó el final de los X-Men tal como lo conocemos, y el comienzo de una nueva era de mutantes en el cine.