Perseguimos varios sueños en la vida … Sueños de riqueza, poder, fama, amor y muchos más. Estos objetivos comienzan desde una edad muy temprana. Desde los deseos de ganar un partido de fútbol, una medalla deportiva, el mérito académico hasta un buen trabajo, una alta posición, un buen compañero de vida, una casa, un automóvil … La lista es interminable. En esta persecución continua, seguimos pensando que es ese trabajo o esa riqueza lo que buscamos, pero en realidad, estamos persiguiendo la felicidad. Queremos esa medalla deportiva porque nos dará felicidad, queremos ese trabajo, la posición, porque sentimos que es una fuente de nuestra felicidad.
Por lo tanto, el motivo real o la fuerza impulsora detrás de cualquier acción de la humanidad es su deseo de obtener felicidad. La ironía es que nunca nos damos cuenta de eso. Estos deseos materialistas superan la felicidad y olvidamos que la felicidad es lo que más deseamos.
PD: Escuché sobre este concepto en el video de un discurso de una joven llamada Aisha Chaudhary. Y, realmente cambió mi perspectiva.
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