¿Cuál es tu recuerdo menos favorito?

Dic 31, 2008

Mi mamá tiene CVID. Básicamente, una versión menos conocida, menos malvada, (pero todavía perra) de la enfermedad del niño burbuja. Lo que significa que una fiebre que generalmente justifica un poco de Tylenol y una siesta podría enviar a mi madre al hospital.

Eso no es lo que pasó aquí sin embargo.

Fue peor

Poco después de que mi madre tuviera a mi hermano menor, contrajo neumonía.

Si bien mi madre ya tenía un sistema inmunitario anormalmente debilitado y no tratado (no se le diagnosticó una CVID hasta finales de 2009), el reciente parto que su cuerpo sufrió, junto con el hecho de que era la mitad del maldito invierno, hizo que terminara en la sala de emergencias

Yo tenía 6 años.

Recuerdo a mi padre, sosteniendo a mi hermano de apenas un mes en sus brazos mientras le preguntaba, con lágrimas corriendo por su cara, lo mal que estaba. Mi padre, que pasó dos décadas sólidas en la Marina de los Estados Unidos. Mi padre, que podría asustar incluso a su jefe con sus gritos aterradores. Mi padre … estaba llorando.

Recuerdo que no fue la respuesta que siguió o la vista de mi madre en la cama del hospital lo que me envió señales de advertencia, fue el hecho de que mi padre, siempre el hombre testarudo con un plan, siempre lloraba .

Eso es lo que cimentó las siguientes palabras en mi cerebro.

Recuerdo que el doctor le dijo que había una posibilidad muy real de que mi madre pudiera morir, y tampoco por una pequeña posibilidad.

Recuerdo a mi madre, tan pálida como las sábanas que colocó sobre una combinación de las brillantes luces fluorescentes sobre ella y el estrés y la fatiga que atravesaba su cuerpo.

Recuerdo esa visita, y la siguiente después de eso, y la siguiente.

Recuerdo que mi padre nos recordó que debemos despedirnos de nuestra madre y cómo le pregunté si nos lo recordaba para que si muriera, al menos nos hubiéramos dicho adiós y cómo casi se derrumbó en ese momento mientras él contestaba, con el corazón roto, “sí ‘.

Mi mamá está bien ahora. Ella recibe sus tratamientos, ‘infusiones’ como ella los llama, una vez al mes. Evitan que ella vuelva a estar en esa situación.

Pero me da escalofríos cada vez que recuerdo esa noche. A pesar de que probablemente no estoy en el mejor de los términos con ella, y definitivamente no en el mejor de los términos con mi papá, me asusta muchísimo cuando pienso en cómo sería mi vida si mi madre hubiera muerto.

Creo que eso califica como un “recuerdo menos favorito”, ¿no es así?

Hay dos categorías, la primera mucho más perturbadora.

  1. Cuando he sido menos generoso y cariñoso con alguien a quien amé, y ahora no puedo repararlo.
  2. Cuando me absolví mal en alguna confrontación que yo mismo invité.

El segundo es trivial y recuerda ese maravilloso dicho del psiquiatra a sus nuevos pacientes: recuerde, nunca abandona la escuela secundaria.

El primero es uno de los dolores más profundos de la condición humana.