Me gusta escribir mucho, explorar y profundizar en ideas, nuevas posibilidades y, curiosamente, no soy un ávido lector. No puedo sentarme a través de ningún libro, tengo que obligarme a leer. Cuando leo, trato de darme cuenta de las diferencias en los estilos de escritura y cómo los escritores utilizan formas de evocar diferentes expresiones y emociones en el papel. Seguramente puedes inspirarte cuando lees, pero no es así como me gusta agitar mis instintos creativos. La mayor parte de mis inspiraciones para escribir provienen en parte de mi corta vida que he vivido o de una idea abstracta o un concepto que se puede interpretar de muchas maneras diferentes.
Con eso dicho, cualquier cosa puede inspirarte, un libro, una película, un video de YouTube, una hormiga que sube por una colina, un cuervo llenando el recipiente con guijarros para subir el nivel del agua, la vida de cualquiera que haya alcanzado la grandeza, pero en mi creencia, para ser creativo necesitas tener un elemento propio, y nada puede ayudarte a lograrlo mejor que encontrar inspiración dentro de ti mismo o con cualquier cosa que te rodea, una historia no contada.