Desearía que mi familia me hubiera criado como un niño sano. Con eso quiero decir que me gustaría tener un peso promedio como un niño.
El lado de la familia de mi madre era una familia de “comedores”, y la nuestra no fue una excepción. Cuando era niño, todos los sábados, mi papá nos llevaba por la calle al local de Ben-y-Jerry, donde me daba de comer helado Cherry Garcia. En la iglesia, mis tías me daban barras Crunch para entregarlas a mis amigos, pero terminaría comiéndolas.
A partir de entonces, luché con mi peso. Gané cerca de veinte libras por año de cruceros, comer en exceso y sencilla ignorancia. En la secundaria, me di cuenta de que tenía sobrepeso y que debía hacer algo al respecto. En mi sexto grado, no gané nada de peso, y cuando comencé mi carrera en la preparatoria, había perdido algo de peso.
Hoy, vivo un estilo de vida en el que trato de comer sanamente porque sé lo difícil que es perder peso. Aliento a los miembros de mi familia a que hagan lo mismo, pero aún así fomento mi hábito de hornear, lo que no ayuda a mi escala, pero es bueno para un tratamiento de vez en cuando.
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Espero que mi historia aliente a otros,
carolino