Trabajé para el Departamento de Transporte (en una ciudad australiana que permanecerá sin nombre) hace un tiempo y una de las cosas más extrañas que recuerdo fue que buscábamos mejorar lo mejor que pudiéramos acceder desde y hacia la ciudad para que los trabajadores puedan el norte en el mejor de los casos posible y para la mejor rentabilidad a largo plazo y fácil de actualizar.
El Departamento, después de mucho trabajo decidió que el mejor enfoque sería instalar una vía de autobús guiada. El gobierno rechazó esta idea y contrató a un consultor independiente que sugirió que la vía de autobús guiada era la mejor solución. El gobierno rechazó eso también y contrató a otro consultor.
Este consultor sugirió el tren ligero que cubriría la misma ruta que habría ocupado la vía de autobús que estaba en el terreno entre las dos líneas de ferrocarril (una hacia la ciudad y otra hacia afuera). El gobierno rechazó eso y pidió a otra empresa consultora que hiciera todo lo posible.
Supusimos que la nueva compañía se dio cuenta de que el gobierno quería ferrocarriles pesados (el resto del sistema ferroviario es ferroviario pesado) y recomendó ferrocarriles pesados y comentó en los medios lo perfecta que sería esta solución para todos.
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No fue, con mucho, la mejor solución porque el tren pesado tarda mucho tiempo en acelerar y disminuir la velocidad y eso significa que para que el sistema funcione de manera óptima, las estaciones deben estar muy alejadas y eso significa que la gente todavía tiene que entrar en su los autos para llegar al estacionamiento (que cuestan dinero y ocupan un terreno cerca de las estaciones) o tiene que haber un gran sistema de autobuses para transportar a las personas hacia y desde la estación.
Terminamos con estaciones cercanas porque el gobierno se dio cuenta, mientras se estaba construyendo el sistema, que el sistema de alimentación de autobuses y el estacionamiento de autos costarían una fortuna, pero era demasiado tarde para volver a cambiar de opinión.
El aparcamiento era caro porque tenían que comprar propiedades existentes bajo un dominio eminente para tener el terreno para el estacionamiento.
La decisión se basó, en última instancia, en la ideología y no en la rentabilidad como nos habían dicho. Era una forma de que el gobierno justificara lo injustificable, ya que creo que es bastante común en la política.