Sabiduría: ¿Quién filtra todos los sabios consejos que recibes?

Hacemos. La pregunta más pertinente debería ser: “¿qué estamos haciendo con el sabio consejo que recibimos (suponiendo que es sabio, de hecho)?” Aquí hay algunas reflexiones que me gustaría compartir sobre el tema de la digestión de las lecciones de sabiduría a las que estamos expuestos.

Extracto de nuestro Factor X:
El poder para lograr todos los días Success & Happiness, un libro de Xavier Van de Lanotte

Es extraño que la raza humana, tan extraordinariamente dotada con la facultad de aprender de los errores cometidos por otros miembros de su especie, a menudo no esté tan dispuesta a hacerlo. Todos los días se nos brinda la oportunidad de guiar nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras actitudes, nuestras palabras y nuestras acciones con sabiduría. Nuestro Adulto (A), que administra nuestra brújula moral, también filtra y procesa la información de nuestro barómetro de sabiduría. Nuestras propias creencias intuitivas, acumuladas a través de Parent (P), nuestras experiencias personales, nuestras convicciones, las cosas que vemos en las películas, las opiniones en las noticias, los temas a los que fuimos expuestos en la escuela y la universidad, los libros que leemos, los debates en los que participamos o observamos, historias de otros, calcomanías de parachoques, canciones, eslóganes de los manifestantes, cosas que dijo la abuela, citas de Dali Lama, Gandhi o Mandela, carteles en la carretera, pinturas en autobuses, graffiti en el costado de almacenes abandonados , los mensajes en Facebook, los tweets y las cartas en cadena por correo electrónico son recordatorios constantes de mensajes de sabiduría, paz y esperanza.

Cuando vemos estos mensajes, sonreímos y pensamos: “¡Eso es tan cierto!” Los respaldamos como sabiduría innata. Con frecuencia, mantenemos estas citas inteligentes y las pasamos con entusiasmo a otros en nuestras listas de correo, o las distribuimos a nuestros amigos y compañeros de trabajo, cuando es el momento adecuado. ¡Pero nuestro Adulto (A) puede hacerlo mejor que eso! Con demasiada frecuencia, olvidamos que la persona a la que más podemos ayudar con estas palabras de sabiduría somos nosotros. No necesitamos convencer. Cada día tenemos la oportunidad de dar un paso más cerca de cumplir nuestros sueños y alcanzar nuestros destinos. Recordamos las palabras pero, con demasiada frecuencia, ignoramos la lección.

La sabiduría viene con experiencia y atención plena. Tal vez tengamos que sufrir un poco para entender que las cosas malas no solo le suceden a los demás. A menudo conocemos el curso de acción apropiado (sabio) para adoptar y, sin embargo, algo nos obliga a ir por el otro lado. ¿Podría ser que llegamos a creer que la forma en que funciona el mundo no se aplica a nosotros? ¿Somos tan tontos que, para salir adelante, preferiríamos apostar con la esperanza de salimos con los atajos? ¿O es que fruncimos el ceño ante la tensión mental necesaria para descubrir los cursos de acción correctos a seguir en el calor del momento? También podría ser un miedo al ridículo; que elegir la opción más inteligente puede ser percibido como nerd, una debilidad o una falta de riesgo, todo lo cual puede ser contrario a la imagen que buscamos fomentar con nuestros compañeros y otros.

(Continuado…)

[Nota: Adultos (A) y Padres (P) son referencias al modelo PAC en el análisis transaccional.]

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Que todos tengan un maravilloso día. El éxito y la felicidad para todos ustedes.
Javier

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No filtro, el tiempo lo filtra, los más útiles permanecen en la parte superior mientras que los otros quedan enterrados en la memoria.

Para mi siempre es mi percepción equivocada y mi miedo.