Su pregunta aún no ha sido respondida afirmativamente por Neuroscience, aunque la gente toma posiciones en ambos lados.
Independientemente de cuál sea la respuesta correcta, la firme creencia en uno u otro tiene implicaciones sobre cómo uno ve esta vida.
Si eres un monista, quien cree que eres completamente tu cuerpo y que nada sobrevive a tu muerte, valoras mucho y aprovechas esta vida al máximo, ya que crees que es la única oportunidad que tendrás para estar vivo.
Si eres un dualista que cree (sin evidencia) en un alma aparte del cuerpo, puedes estar más dispuesto a sacrificar esta vida en favor de alguna promesa futura de gloria.
- ¿Hay alguna manera de refutar la convicción de que la realidad es simplemente un constructo de nuestra mente y esencialmente un producto de nuestra imaginación?
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- ¿Por qué la mente busca constantemente el placer?
- ¿Qué imagen te viene a la mente cuando escuchas la palabra profesión? ¿Por qué?
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El poder de la religión entra aquí. Cuando la gente cree que al seguir ciertas proscripciones (creadas por otras PERSONAS de su fe, pero promovidas como la “Palabra de Dios”), se les garantizará un lugar especial en el más allá, es más probable que traten esta vida como algo temporal. Y menos importante de lo que realmente es.
Una expresión extrema de esta posición es la creencia en los “tiempos del final” cuando el mundo terminará y las almas de los creyentes serán arrastradas al reino mágico de cualquier salvador que encabece su religión. Como ejemplo de esta creencia fue Harold Camping, quien predijo que el fin del mundo sería el 21 de mayo de 2011 y cuando eso no sucedió, revisó la predicción al 21 de octubre de 2011. Gastó todo su dinero en publicidad para que todos se arrepintieran. etc. y desapareció en vergüenza cuando sus predicciones fallaron.
Aquí está el peligro de esta creencia. Imagina que eres un estudiante con un examen importante el 22 de mayo de 2011. Si realmente crees que el mundo terminará antes de eso, ¿por qué deberías estudiar? Pero mira lo que habrías terminado perdiendo si no lo hicieras.
Las personas que creen en los Tiempos Finales (especialmente aquellos que esperan que esto ocurra en sus vidas) no respaldan las políticas de cambio climático. Luchan contra los avances científicos (que invariablemente amenazan sus creencias religiosas) y luchan contra la educación científica de sus hijos. Prefieren dedicar su tiempo a la oración que a construir caminos y curar enfermedades.
Entonces, en términos de qué filosofía es más saludable para el futuro de nuestro planeta, es la creencia de que esta es la única oportunidad que tenemos, hagámosla buena para nosotros y para los demás.
Y, si existe tal cosa como un renacimiento espiritual, esperemos que plantemos árboles y construyamos puentes en esta vida para que regresemos a un mundo mejor.