¿Cuál fue ese incidente en tu vida en el que no pudiste sentirte más indefenso?

Cuando nació mi primer hijo, mi esposa estuvo en labor de parto por más de 24 horas, el bebé se conectó a un monitor cardíaco todo el tiempo y fue supervisado de cerca.

En un momento dado, los monitores dejaron de emitir pitidos reconfortantes y regulares y comenzaron a emitir tonos diferentes por completo. De repente, médicos y enfermeras entraron corriendo y rodearon a mi esposa. Me aparté cortésmente del camino y me senté en un sofá en la esquina de la sala de partos mirando a muchos profesionales médicos gritándose cosas y haciendo cosas frenéticamente importantes que no entendía.

No había nada que pudiera hacer. Ni siquiera podía acercarme lo suficiente como para tomar una mano y decir palabras de consuelo, porque estaría en el camino de alguien que tenía un trabajo importante que hacer.

Afortunadamente, finalmente todo estuvo bien, pero durante un tiempo estuve observando las cosas más importantes de mi vida en un momento de verdadera necesidad y no pude hacer nada para ayudar.

El día después del funeral de mi madre cuando estaba en la cocina con mi papá; buscando comida en el refrigerador y pensando de dónde vendrán las futuras comidas. Ese día, me sentí impotentemente culpable por tener hambre como nunca antes.