¿Cómo se siente beber y fumar? ¿Realmente vale la pena arriesgar tu vida por eso?

La palabra clave es moderación. Habrá poco riesgo de vida o efectos adversos si fumar y beber se realizan con moderación cuidadosa. Bebo de vez en cuando, casi nunca lo suficiente como para llamar intoxicación. Una o dos copas a la vez, no todos los días.

Fumo aun menos. Nunca fume cigarrillos, cigarros o pipas solo en ocasiones especiales con familiares o amigos.

Dicho esto, hay un placer que se encuentra en la experiencia. Sabores, olores y sensaciones que no se pueden obtener en ningún otro lugar. La combinación de estos con excelentes amigos o tiempo de calidad con la familia lo vale completamente.

Una buena bebida sabe bien. Tiene complejidad de sabores, una intensidad en la lengua. El zumbido está ahí, pero no es la razón principal por la que bebo. Fumar es de la misma manera (aunque fumo con poca frecuencia, ya que a menudo me deja un mal sabor de boca).

Sin embargo, por muy sabrosa que sea una bebida, o tan suave como puede ser un tabaco, no vale la pena si es la puerta de entrada a una adicción que altera la vida. No tengo antecedentes familiares de alcoholismo, por lo que me siento libre de beber con moderación sin preocuparme por una predisposición genética al abuso.

Si lo haces ocasionalmente con tus amigos está bien. Pero tienes que estar en control, o de lo contrario, puede convertirse fácilmente en una adicción.