La pasión es una amante difícil.
Es la respuesta emocional a algo que promueve o pone en peligro sus valores más íntimos. En algunas culturas, se considera una energía, una fuerza motriz que le da la voluntad de actuar.
Puede llamarlo un instinto primario, pero ha evolucionado para convertirse en algo más que eso, ya que la ciencia nos ha dicho que podemos elegir nuestros valores y, por lo tanto, controlar nuestras emociones.
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Pero, la pasión puede ser engañosa. Puede ser un apasionado de algo totalmente irracional, como resultado de valores equivocados o desconocidos (subconscientes). La mayoría de las personas no deliberan deliberadamente acerca de sus valores y los eligen, gran parte de ese proceso se realiza de manera subconsciente como resultado de nuestra educación, medio ambiente y educación.
¿Cómo lo describiría?
Si sus valores son elegidos principalmente, la experiencia de sentir pasión es como controlar un mar de fuego líquido, con una cantidad infinita de combustible altamente combustible a su alcance. Es la sensación de euforia absoluta a medida que sus acciones virtuosas lo acercan a sus objetivos, y de la rebelión incontenible y enérgica cuando esos valores están en peligro.
Sin embargo, si simplemente te topas con tus valores, sentirás la pasión como un impulso confuso pero irresistible de realizar alguna acción, independientemente de sus consecuencias. Vas a dar un paso adelante y diez atrás, sin saber por qué o cómo las cosas que deseas van más allá de las puntas de tus dedos, siempre fuera de tu alcance.