Sí, más de uno.
En realidad, creo que los recuerdo a todos. Sin embargo, dos de ellos se destacaron sobre los demás.
Una de ellas porque era encantadora y me gustaba mucho, la otra porque me alentó a mi yo más joven a seguir sus sueños. Tus dos fueron increibles.
Siempre he estado interesado en el espacio y los astronautas. Ahora me gusta más la física y las matemáticas (especialmente la astrofísica y la física de astropartículas), pero cuando era más joven estaba obsesionado con las estrellas y los planetas. Y siendo un astronauta.
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Y todos lo sabían.
En mi semana, llevé el árbol de mi familia con las caras de todos escondidas debajo de un planeta (más el Sol y la Luna) que pensé que les convenía. Realmente puse un montón de pensamiento (y trabajo) en él. Para un niño de 5 años, por supuesto.
También dije que me iba a convertir en astronauta (porque tenía tanta confianza).
Y ahora es cuando mi maestra se hizo recordar: me preguntó si me gustaría estudiar el Sistema Solar.
Obviamente acepté y lo hicimos, y fue genial.
Sabía algunas de las cosas que ella explicó (muchas de ellas, en realidad) porque me apasionaba mucho, y tenía algunos pequeños planetarios que, además de tener los planetas escalados y en movimiento, tenían información sobre ellos. También tenía un juguete de la constelación que los proyectaba y cosas similares. También leí sobre eso y siempre quise que me explicaran esas cosas y hablar de ellas.
¡Podría hablar mucho durante ese tiempo!
También intentaron explicar qué era la gravedad (en el nivel de 5 años), y creo que ese fue el primer argumento que recuerdo con un maestro.
¿Cómo podría ella compararlo con el chicle? ¡No podías estirarlo ni romperlo!
Fue amigable, por supuesto. Sin embargo, uno de mis amigos todavía recuerda ese día.
Disfruté hablando de mi pasión, lo que hacen los astronautas y adónde van (o irán), ¡fue muy divertido!
Durante ese tiempo sentí que lo que quería era importante para ella, como si ella se preocupara por nosotros. Se apartó de su camino por un niño pequeño, y dejó una marca en ese niño pequeño.
Gracias, María José. Y muchas gracias también, Cristina. Te recuerdo.