Existen vínculos bien documentados entre la creencia y los resultados. El efecto placebo es uno de ellos: si crees que te has tomado una pastilla que te va a curar, incluso si solo fue una pastilla de azúcar, entonces es más probable que te pongas bien que alguien que no lo haya hecho. Nuestra psicología tiene un efecto poderoso en nuestras vidas. Incluso hay una ciencia que abarca el pensamiento positivo, llamada terapia cognitiva conductual [gracias a William y Nikolaus por señalar mi error].
Los entrenadores dicen “si crees que puedes, entonces puedes, si crees que no puedes, entonces no puedes”. Tienen razón, gran parte del éxito de los atletas modernos se debe a la preparación psicológica. Entonces, en estas circunstancias, en lugar de engañarte, te estás preparando mentalmente para el desafío.
Sin embargo, también es fácil engañarnos creyendo en cosas para las que no hay evidencia o incluso que hayan sido refutadas. Una gran cantidad de ‘terapia alternativa’ tiene más que ver con el efecto placebo que cualquier evidencia científica. Incluso los educados pueden ser engañados: el sesgo de confirmación es una manera fácil de hacerlo, donde una vez que alguien cree que algo es verdad, solo encuentran hechos que apoyan su creencia y explicaciones alternativas para cosas que no lo hacen. La mayoría de los escépticos del calentamiento global están en ese campo.