Permítanme comenzar con esto diciendo que estoy muy sesgado en este tema, pero con buenas razones respaldadas por la ciencia. Asi que aqui esta:
La regulación de las emociones es, con mucho, la habilidad más importante que debe enseñar a un niño pequeño.
La regulación de la emoción es el esfuerzo del niño por manejar, inhibir, mejorar o modular la emoción. Es la clave de la competencia social que afecta el funcionamiento posterior de un niño en contextos de compañeros y escolares (Keane y Calkins, 2004) (Lopes, et al., 2003).
Los niños que pueden dominar la regulación emocional desarrollan mejores amistades (Contreras, et al., 2000). Tienen menos problemas de comportamiento (Eisenberg, et al., 2003). Muchos estudios también encuentran que los niños emocionalmente bien regulados se desempeñan mejor en la escuela. Son más productivos en el aula. Tienen un mejor rendimiento académico y puntuaciones más altas en lectura y matemáticas (Graziano, et al., 2007) (Izard, et al., 2001). Cuando estos niños crezcan, es probable que se vuelvan más felices y más satisfechos en la vida (Liliana y Nicoleta, 2014).
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Por otro lado, la mala regulación de las emociones está relacionada con una menor competencia social, la aceptación de los compañeros y el gusto por los compañeros (Eisenberg y Fabes, 1992). En los niños, las dificultades para regular emociones como la tristeza, la culpa, la vergüenza, la ansiedad y la ira pueden conducir a trastornos de internalización (por ejemplo, depresión) y conductas de externalización (por ejemplo, agresión, violencia) (Caspi, et al., 2008). Por lo tanto, la capacidad de regulación emocional es, de hecho, la base de la salud mental de una persona.
Ayudar a los niños a regular sus emociones y la excitación es, quizás, el trabajo más importante de los padres. Queremos criar hijos cuyo cerebro pensante pueda prevalecer sobre el emocional.
No es una coincidencia que los niños pequeños sean conocidos por lanzar rabietas. Este es el tiempo que necesitan para desarrollar buenas habilidades de regulación emocional.
A medida que interactuamos con nuestros hijos, enseñamos, reforzamos y demostramos la regulación de las emociones. La forma en que respondemos durante los derrumbes sienta las bases para que nuestros hijos aprendan a manejar las dificultades en la vida (Mikulincer, et al., 2003). Por lo tanto, las rabietas de los ánimos no solo son normales y comunes, sino que también son deseables para facilitar el crecimiento emocional de los niños pequeños.
Citas de mi libro.
Otros importantes incluyen habilidades sociales (¡que también está muy afectado por la capacidad de regular la emoción!), la gratificación retardada y conocimiento general del mundo.
En cuanto a cómo hacerlo, vaya, va a ser largo, me acaba de dar algunas ideas para mi próximo libro … post Lo publicaré cuando haya organizado completamente los resultados de mi investigación.