La primera teletransportación no eliminaría la necesidad de transporte, ya que es una forma de transporte y mientras haya un ser vivo, habrá la necesidad de mover las cosas de un lugar a otro.
Hay algunas buenas historias de ficción especulativa sobre teletransportación. Una consideración es que la física nos dice que requiere vastas cantidades de energía, por lo que una civilización que puede teletransportarse ya ha cambiado enormemente a una disponibilidad de poder casi ilimitada. Además de la pérdida obvia de industrias como el transporte por carretera, automóviles y taxis, la teletransportación cambiaría el sentido de comunidad geográfica de las personas. De la misma manera que Internet ha cambiado nuestras comunidades virtuales al poder comunicarnos con personas de todo el mundo, viviríamos en un mundo donde los lugares donde vivimos, trabajamos, comemos y jugamos no están limitados por ninguna proximidad geográfica. Salgo de mi casa en Nueva Inglaterra, desayuno en Boca Ratón, asisto a mi trabajo en Río, almuerzo en Tokio, juego golf en Arizona, cena en Mumbai y asisto a un espectáculo en París antes de regresar no necesariamente a mi casa, sino al lugar Me toca dormir por la noche.