Todos los problemas que aquejan a la humanidad y evitan la convivencia pacífica son prejuicios profundamente arraigados de la religión, la etnicidad, la cultura y la tribu que se remontan a los inicios de la civilización. A través de los milenios, la evolución social solo ha logrado ocultar los motivos y las razones originales de estos prejuicios, lo que los hace aún más difíciles de tratar.
Hace mucho tiempo, tales prejuicios comenzaron como un mecanismo de defensa diseñado para proteger y fortalecer primero a la familia, luego al clan, luego a la tribu y, en última instancia, a medida que la civilización se expandía, la ciudad, el estado y el país. Sin embargo, a medida que la civilización crecía, cada vez que pasaba de clan en tribu a la amalgama de ciudades y más allá de la naturaleza humana, hacíamos que lleváramos con nosotros temores preconcebidos con respecto a nuestros nuevos vecinos. Estos miedos preconcebidos se magnificaron en un prejuicio absoluto e incluso se odiaron cuando dos o más grupos muy diferentes se reunían.
La sospecha y la separación se han convertido en los mecanismos de defensa dominantes de nuestro mundo más moderno. Pero ahora nuestras sospechas se ven alimentadas por siglos de desconfianza y traiciones transmitidas por insinuaciones y actitudes. Esto deja a la humanidad muy lista para construir un muro.
Seguramente un muro detendrá la propagación de la mayoría de los males percibidos. Si no, siempre nos podemos esconder detrás de eso.
- ¿Cómo se percibió el color de la piel fuera de Europa en las sociedades de todo el mundo antes de que vinieran los europeos?
- ¿Cuál debería ser el objetivo del ser humano según el jainismo? ¿Por qué nacemos?
- ¿Alguna vez el pensamiento humano evolucionará hacia un proceso mental unificado?
- ¿Hay alguna evidencia de la teoría de que “todos los humanos eran mujeres”?
- Los humanos son territoriales. ¿Es este un rasgo evolutivo? Creo que todos los humanos tienen un poco de características animales en ellos.
La solución solo puede ser un aumento universal en la conciencia de la humanidad. Esto está ocurriendo ahora como un proceso de evolución darwiniana que pronto será ayudado y acelerado por los avances en tecnología, particularmente en nanotecnología. Con suerte, la evolución y la tecnología pueden forjar una simbiosis benevolente que puede informar a la humanidad con la conciencia de que, aunque cada uno de nosotros es diferente, todos somos iguales, a tiempo para prevenir nuestra extinción.