Shamata antes de Vipassana es absolutamente el orden recomendado. ¿Por qué? Pues déjame contarte una historia …
Una vez hubo un rey que tenía un príncipe que estaba muy mimado. Todas sus indulgencias fueron satisfechas y cada pequeña rabieta se cumplió de inmediato. No es de sorprender que, cuando era mayor de edad, el rey y sus ministros no confiaban en su capacidad para gobernar el reino.
Siguiendo el consejo del consejo, al príncipe se le otorgó la autoridad de una pequeña región periférica, ya que consideraban que la responsabilidad sometería su arrogancia y traería cierta madurez.
Sin embargo, el plan fracasó. El príncipe estaba aún más fuera de control. Su arrogancia y tiranía resultaron en muchas quejas al rey. El rey sabía que tenía que hacerle saber al príncipe que el comportamiento no sería tolerado.
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El rey llamó a su mejor ministro para el trabajo. Era un anciano sabio que sabía cómo aconsejar y el rey confiaba en él.
Sin embargo, cuando el rey encargó al ministro la misión, ¡el ministro se negó!
El ministro sabía que si entraba solo, el príncipe encarcelaría al ministro, tal vez incluso lo ejecutaría. Así que hizo una demanda. Le dijo al rey que solo entraría si tuviera los mejores y más resistentes guardaespaldas del país y el control total sobre ellos.
El rey le dio al ministro los guardaespaldas y el ministro se dirigió al príncipe. Cuando se les dio una audiencia con el príncipe, los guardaespaldas entraron directamente. El más grande agarró al príncipe por el pelo mientras que los otros desarmaron a todos los guardaespaldas del príncipe.
Ahora el príncipe estaba completamente sometido y con una espada en el cuello. El guardaespaldas le dijo con calma al príncipe que el ministro tenía algo que decir y que debía escucharlo.
El ministro luego aconseja con calma al príncipe que entiende el mensaje y cambia su comportamiento.
En esta historia, somos el rey. Nuestra mente es como el príncipe. Shamata es como el guardaespaldas. Y Vipassana es el ministro.
Sin el guardaespaldas sometiendo al príncipe, no habría escuchado al ministro. El ministro también se negó a entrar sin el guardaespaldas.
Así, shamata y Vipassana se necesitan mutuamente y uno tiene que seguir al otro.