Acéptelo y aprenda a juzgar su éxito por la cantidad de acciones y el grado de esfuerzo, en lugar de un resultado inmediato y visible. Y sobre todo, olvídate de que alguien te haya dicho alguna vez que eres inteligente. Ese fue un mensaje bien intencionado pero inútil que recibiste de niño. Cuando el adulto lo dice, el niño oye: “tienes tanta capacidad intelectual nativa que las cosas deberían ser fáciles para ti, así que no te preocupes por el esfuerzo. Solo inclínate hacia atrás y deja que tu intelecto poderoso gane para ti”. Lo sé porque eso es lo que oí y pensé.
Con ese tipo de noción en tu cabeza, es inevitable que cuando la vida se vuelve difícil, como siempre lo hace, vas a pensar que algo está mal contigo. Pero realmente no hay nada malo en ti. Simplemente estás trabajando a partir de algunas suposiciones bien intencionadas pero falsas que otros te inculcaron. No puedes cambiar tu pasado, pero depende de ti remediar la situación aquí y ahora.
De ahora en adelante, mida su progreso en la cantidad de acciones que toma y la cantidad de tiempo que dedica a dominar las cosas. No te preocupes por los resultados que acarician tu ego. Así es como las personas no inteligentes exitosas hacen cosas. Tal vez ellos saben algo que nosotros no.
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