Espero que el excepcionalismo desempeñe un papel menos prominente en la retórica y la acción de las políticas si hubiera más mujeres en el gobierno. En cuanto al gasto, podría haber un alejamiento de los “niños y sus juguetes”, pero depende de la cultura política de un país en particular, la resistencia de sus grupos de interés, las percepciones públicas de amenaza y la cantidad de mujeres que podrían unirse al gobierno. No es suficiente agregar algunas voces femeninas, incluso en los niveles más altos, porque en algunos casos, para sobrevivir políticamente en algunos países, las mujeres pueden creer que tienen que adaptarse a la política de su país en lugar de ajustar la política para reflejar un nuevo conjunto de valores.
Sobre la pregunta de qué países vienen a la mente, hay muy pocos países donde las mujeres desempeñan un papel en el gobierno proporcional a su papel en la sociedad. En Escandinavia, tal vez, pero estos no son los países con mayor probabilidad de sobreinvertir en tanques y bombas. En la Copa Mundial del año pasado, vimos a Dilma Rousseff, Christina Kirchner y Angela Merkel juntas unas cuantas veces. Pero no puedo decir que estas mujeres excepcionales tengan el poder de “feminizar” las culturas políticas de sus países. En los Estados Unidos, Hillary Clinton podría hacer historia este año. Pero para probar realmente esta tesis, sería al menos tan importante elegir a muchas más mujeres (de ambos partidos) para la Cámara de Representantes y el Senado.