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Lo dudo.
Los Estados Unidos tendrían que experimentar un cambio significativo en las actitudes sociales hacia la raza y la etnicidad hasta donde el color ya no sea un obstáculo o una ayuda. No veo que eso suceda pronto.
Sufrimos de una gran cantidad de racismo y animosidad profundamente arraigados hacia las personas de color, que muchos estadounidenses blancos consideran como forasteros inferiores, lo que resulta irónico dado que los ancestros de todos los estadounidenses de origen europeo eran los forasteros originales.
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Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos estadounidenses esperaban que la forma en que tratamos a los estadounidenses japoneses durante la guerra hubiera sido lo suficientemente preocupante como para que nosotros, como nación, reconsideráramos nuestras actitudes sobre la raza y elimináramos el racismo. Eso no sucedió.
Durante mucho más tiempo, los estadounidenses de raza negra han esperado ver cómo el racismo dirigido hacia ellos se borra para poder aprovechar al máximo los privilegios y oportunidades que Estados Unidos siempre ha ofrecido a sus ciudadanos. Los negros estadounidenses todavía no han visto que eso suceda, al menos no para muchos.
Las personas de color han estado en desventaja en esta nación durante toda su historia, a pesar de los intentos de grandes bloques de estadounidenses por intentar luchar activamente contra el racismo y sus efectos negativos en las personas y en la sociedad. El racismo es un cáncer que ha demostrado ser difícil de vencer. Tal vez algún día ganemos esa batalla y eliminemos el racismo, o al menos encontremos una manera de evitar y marginar a los racistas hasta el punto en que ya no ocupen puestos de influencia en nuestra sociedad. Hasta que eso suceda, mientras los racistas puedan votar en grandes cantidades, no creo que veamos a un presidente asiático.
Espero estar equivocado.