Crear, seguramente, tiene un significado diferente en el mundo de Dios que en el mundo de las criaturas, como nosotros. Para nosotros, crear implica un antes y un después. No así en el mundo de Dios; Donde no hay continuidad de tiempo y de espacio; donde nada se sabe, solo Dios, solo.
En el centro de la realidad, donde todo está quieto, solo Dios vive y respira. Nada puede perturbar esta quietud, nunca. Nada añadido. Nada quitado.
Aunque atemporal e inmutable, este centro dinámico, el más querido, tiene una atracción. Da vida al Amante; El Primer Recuerdo, la Voluntad Primaria. Este es el primer círculo de contingencia, y por lo tanto más perfecto. Solo aquí el Amado se refleja plenamente y el Amante se pierde perpetuamente en la maravilla.
La Voluntad Primaria, este incomparable Amante de Dios, el Atrayente Uno, a través de este amor omnipresente, se convierte en el segundo círculo de la contingencia; Ese espíritu de indagación, capacidad de búsqueda, curioso, decidido, intrépido. En la tierra, esto se llama espíritu humano. ¿En otra parte? Quién sabe, porque este espíritu rodea las estrellas y galaxias y es, en sí mismo, causativo. El hombre no es su centro. Más bien, es el centro de todas las criaturas, incluido el hombre.
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Bueno … este es mi boceto, como lo entiendo hasta ahora. Creo que la creación funciona algo como esto, a partir de la Quintaesencia de la realidad y extendiéndose hacia afuera, esquemáticamente, en círculos concéntricos para formar los mundos conocidos y desconocidos. Espero que alguien pueda encontrar esto útil. Una perspectiva diferente.
Gracias.