¿Existe la desigualdad en todos los ámbitos de la existencia humana, incluyendo el emocional y el sexual?

Claro que sí. Las personas no son iguales entre sí. Todos tenemos diferentes habilidades, lo que automáticamente significa que en todos los ámbitos de la existencia humana, la vida será desigual. Lo único que pueden hacer las sociedades es intentar controlar, o exigir, igualdad de oportunidades. E incluso eso nunca será completamente igual, porque siempre habrá cosas que no se pueden abrir para ambos sexos, o para otros subconjuntos de personas debido a limitaciones físicas o emocionales u otras capacidades o las habilidades necesarias para realizar ciertas tareas.

Sin embargo, es precisamente nuestra diferencia, nuestras diversidades y nuestras desigualdades, lo que conforma las texturas y las variaciones en la cultura. También es lo que hace posible que se logren muchas cosas diferentes. Si los humanos no fueran variables, entonces no habría nadie excepcional en ninguna de las miles de maneras en que las personas son excepcionales. Tampoco habría necesidad de cuidar a las personas que tienen déficits, por lo que la compasión se extinguiría. Nuestras diferencias son un componente crítico de nuestra humanidad y de nuestro progreso como especie.