31 de mayo de 2016:
Estaba en Connaught Place, CP con algunos de mis colegas. Estamos involucrados en un proyecto que requiere el uso de zapatos.
Cuatro de nosotros estamos en el círculo interior, parados cerca de un banco y discutiendo sobre diseños de zapatos. Pasa una señora, nos mira y se detiene. “¿Puedo sentarme aquí?” Ella dice. Le decimos que no es un problema y le reservamos un espacio. Ella escucha nuestra conversación.
“Disculpe, ¿eres de una universidad de diseño de moda?”
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“Uh, no tía”. Sonreí.
De repente, de la nada empieza a llorar. Nos miramos con escepticismo. Ella nos dice que su tío está en el hospital. Necesitamos orar por él, y ella sigue llorando. Nosotros asentimos. Le ofrezco agua. Ella acepta, bebe el agua, sonríe y se aleja. Sonrío, pensando que he hecho mi buena acción por el día.
Diez minutos después, me doy cuenta de que mi bolsa está empapada en agua embotellada. La señora no cerró la tapa correctamente. Ah, debería haberlo comprobado. Todas las cosas dentro de mi bolso están empapadas, incluso mi billetera. Guardo mi billetera en un bolsillo seco dentro de la bolsa, y algo de cambio en mi bolsillo. Viajo en el metro por una hora, vuelvo a CP para almorzar con un amigo.
Fue cuando estaba sacando dinero para el almuerzo cuando vi que me faltaba la billetera. No se encuentra en ninguna parte. ¡No deberías haber ayudado a esa dama! Mi amigo dijo. No importa.
–
No sé si ayudó. Lloré amargamente ese día. Además, no puedo contar los momentos en que me levanté de mi asiento en el metro, solo para ofrecérselo a una dama o un hombre que lo necesite, mientras que otros me miran con furia. Solo UNA VEZ alguien me ofreció su asiento, y eso también cuando estaba a punto de llorar de cansancio. No sé por qué me gusta ser amable de esta manera, con los extraños. No estoy buscando una ganancia, pero sí espero que alguien algún día me ayude también. Así que sí, las buenas personas se aprovechan y se siguen aprovechando, porque eso es lo que las hace más amables que otras. No buscan ganancias personales. En este duro mundo competitivo, no sé si los mejores pueden realmente sobrevivir.