Podría ser prácticamente cualquier cantidad de tiempo desde varias decenas de miles de años hasta nunca.
Nuestro propio linaje se separó del de los chimpancés y los bonobos hace unos 6 millones de años, más o menos.
Pero durante ese tiempo, nuestro avance no fue lineal. En cambio, el patrón que vemos es largos períodos de estasis intercalados con breves episodios de avance relativamente rápido. Después de estar de pie, pasaron varios millones de años antes de que aparecieran las primeras herramientas de piedra. Durante otro medio millón a un millón de años, las herramientas de piedra casi no cambiaron en absoluto en su nivel de sofisticación, antes de que se produjera un salto bastante rápido en la sofisticación que llevó a una revisión completa de la mayoría de las herramientas. Y luego este nuevo conjunto de herramientas se mantuvo casi completamente sin cambios durante otros millones de años, antes del siguiente gran salto en la sofisticación.
Este patrón se mantuvo hasta hace unos 40,000 a 70,000 años (más o menos), y solo entonces vimos el advenimiento de lo que parece ser la mente humana moderna, acompañada de otra explosión de sofisticación, y el ritmo del avance tecnológico aumentó constantemente. (¡Pero no uniformemente!) desde entonces.
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No sabemos exactamente qué le estaba pasando a nuestro linaje durante esos períodos de estancamiento tecnológico. Tal vez nuestros antepasados estaban aumentando en sofisticación en otras formas que no se conservan en el registro fósil. Quizás los factores de selección que promoverían mentes capaces en el próximo gran paso tecnológico no estaban allí.
Pero el patrón sugiere que es más que posible que otro linaje inteligente evolucione a nuestro nivel de sofisticación mucho más rápido de lo que realmente lo hicimos. El límite inferior podría ser tan poco como 100.000 años o incluso menos.
Sin embargo, la evolución nunca toma el mismo camino dos veces. No existe ninguna garantía de que la combinación de las pre-adaptaciones necesarias y los factores de selección correctos que promoverían la evolución de la inteligencia más allá del nivel que vemos actualmente en los grandes simios, delfines, corvidos, etc. para la vida en la tierra, debajo de los humanos), aparecería de nuevo. La evolución de la inteligencia a nivel humano no es inevitable, y si desaparecimos, la Tierra nunca volverá a ver algo comparable.