¡La vida misma!
La forma en que continúa, sin interrupciones, sin paradas, sin interrupciones.
Con cada momento que pasa la edad aumenta mientras que el tiempo disminuye.
La forma en que se despliega y abre pequeñas señales de felicidad y tristeza, una tras otra a su propio ritmo sin una secuencia.
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- ¿Cómo debe mirar un niño privado al mundo cuando es adulto?
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La incertidumbre de la vida es quizás lo que le agrega la especia. Tiene un curso propio. ¡Nada, nada en absoluto se puede predecir! Impredecible e inevitable. Y eso es exactamente lo que nos hace seguir.
Una serie de inhala y exhala.
El latido continuo del corazón, bombeando la sangre a través de esos nervios finos, al cuerpo.
En medio de todos estos mecanismos de mortalidad aprendemos, estudiamos, trabajamos, dormimos, comemos, nos enamoramos, nos enamoramos, odiamos a los demás, hacemos amistad con los demás y todo.
Y de repente un día, todo termina!
Las horas, los segundos, los momentos, todos perecen.
Para mí, la vida en sí misma es un misterio. Cuanto más enigmático, mejor! 🙂
Aleta. 🙂