El mayor fracaso en este mundo, según mi opinión, ha sido que, si bien la humanidad ha hecho avances extraordinarios en el campo de la ciencia y la tecnología, en gran medida hemos permanecido como lo que estábamos en el frente de la psicología, cuando éramos salvajes. No hemos cambiado mucho, internamente, desde los días salvajes, excepto que nos hemos vuelto mucho más pulidos en nuestras formas salvajes.
Quiero decir, ‘internamente’ o psicológicamente, no hemos cambiado mucho durante los miles de años. Todavía tenemos todas las debilidades humanas como la ira, el odio, los celos y la guerra que tuvimos en nuestros días salvajes. Podemos decir que nos hemos convertido en sociedades civilizadas, pero ¿nuestra naturaleza ha cambiado internamente? Si nos miramos a nosotros mismos con mucho cuidado (en lugar de justificarnos o consolarnos de que hemos cambiado), en realidad no somos muy diferentes de los salvajes, a excepción del pulimento externo que ahora aplicamos para todas nuestras formas salvajes.
Esto, según yo, es el mayor fracaso en este mundo. Cuando nos hemos movido millas por delante en ciencia y tecnología, hemos fracasado estrepitosamente en este frente.
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