Hay dos tipos de yo. Una es esta persona egocéntrica que ve el “mundo allá afuera” como algo externo que se debe negociar, como una carrera de obstáculos o un juego con consecuencias aterradoras.
Si eres parte del tablero de juego, y el juego puede hacerte daño, entonces pasas mucho tiempo planeando tus movimientos e intentando albergar tus recursos para asegurarte de que siempre tendrás lo que necesitas y obtendrás lo que deseas. Ves el mundo como hostil o indiferente la mayor parte del tiempo, no te preocupas por ti y lo necesitas para darte cosas. Así que hay un sesgo de autoprotección que filtra todo, y el pensamiento egocéntrico está tratando de resolver un problema multidimensional de “cómo ser feliz y autoexpresado y obtener lo que quiero sin exponerme a nada amenazante o doloroso”. ? ”
El otro tipo de yo no es así. No es una personalidad fija con comportamientos rígidos que intentan protegerse a sí mismos. El otro tipo de yo es un todo sin límites … una especie de verdad infinita envuelta en un espacio finito, pero que puede desenvolverse momento por momento para compartirse con el mundo. .
El verdadero yo está más allá del lenguaje y el concepto: esto es lo que eres en un nivel más fundamental. En esos momentos en los que estás en tu mejor momento, cuando sientes una unidad entre tú y la vida, cuando estás aturdido por tu propia creatividad, esas son como muestras del verdadero yo … momentos en que la realidad de tu naturaleza como ser humano se filtra más allá de las paredes autoprotectoras y te lleva a la vida para compartir, crecer, amar y crear.
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El desafío del desarrollo humano es negociar este camino entre ‘Soy un ego separado y temeroso’ y ‘Soy un todo que vive como una fuente ilimitada de energía y valores creativos’.
¿Dónde estás en ese camino? ¿Eres consciente de que el camino existe? ¿Qué estás haciendo para ayudarte a crecer y progresar?
Esos son los tipos de preguntas que surgen cuando entiendes la naturaleza del juego real. El juego real no es “ganar” a expensas de otros o mantenerse a salvo, el juego real es aprender a ser uno mismo, entendiendo que esto implica un tipo de generosidad, coraje y conciencia que está más allá de su capacidad actual. Pero tu capacidad puede crecer.