Aparte de lo obvio (presta atención durante el entrenamiento, mantén la cabeza baja cuando vuelan las balas), aquí hay algunos consejos más sobre cómo prepararte para el campo de batalla:
¡Mira lo que hacen los veterinarios! Los primeros días en combate son los más peligrosos y cuanto más rápido se adapte a su nueva situación, mayores serán sus posibilidades de sobrevivir. Soldados experimentados pueden ayudarte mucho. Como ya han sobrevivido más tiempo en un ambiente peligroso, ¡deben estar haciendo algo bien! Esto no significa que deba copiar todos los comportamientos estúpidos que muestran esos veterinarios. A veces, los soldados experimentados se vuelven negligentes y es solo una cuestión de tiempo hasta que su negligencia sea castigada.
¡Estar comprometido! Tome un interés activo en lo que está haciendo su unidad y no solo siga las órdenes. Sus líderes podrían morir y luego depende de usted traer a su unidad a casa. ¡Escucha las sesiones informativas! A veces un pequeño detalle puede salvar tu vida.
A veces, es mejor olvidar el manual de campo. Cuando estás en el campo de batalla, la parte teórica de tu carrera de soldado ha terminado. Desafortunadamente, mucho de lo que te han enseñado en el entrenamiento no se puede aplicar completamente en la práctica sin hacer (muchas) alteraciones. Lo peor que puedes hacer es apegarte a algo que aprendiste en el entrenamiento y que no funciona en combate. ¡Se Flexible! Un manual de campo no es ni un catecismo ni la constitución.
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La experiencia supera el entrenamiento y todo lo que funciona en combate, está bien.
¡Pon tus cosas privadas en orden! Cuando la mierda golpea el ventilador es un gran remordimiento. Te arrepentirás de que la última vez que hablaste con tu madre la dejaste enojada, que no has hablado con un hermano durante mucho tiempo o que no fuiste por última vez a tu lugar favorito. Estas son cosas que puedes arreglar fácilmente. También te sentirás mucho mejor y más alegre cuando lo despliegues.
¡Prepárate mentalmente! No es suficiente ser un soldado bien entrenado y conocer tu trabajo. La misma importancia debe darse a los preparativos psicológicos. Una buena manera de hacer esto es sentarse en algún lugar solo y hacerse algunas preguntas incómodas como:
Que voy a hacer en caso
- Pierdo mis piernas / brazos / etc
- Me convierto en prisionero de guerra
- Tengo que dar mi vida para salvar mi unidad.
Es bueno terminar el “pensamiento”, antes de que se encuentre en una situación en la que tenga dos segundos para decidir si va a rendirse / desangrarse / convertirse en una gran responsabilidad para su unidad o en su lugar explotar su cerebro.
La posibilidad podría ser baja de que se encuentre en tal situación, pero si lo ha descubierto (y ha decidido) por sí mismo lo que hará, no dudará cuando llegue el momento y también será más decidido. Y un mejor soldado.
¡Buena suerte!