Esto puede ser típico, pero es necesario hacer una lista mental de pros y contras. Para este ejemplo, usaré la instancia de si o no salir con alguien como una elección que está haciendo.
Entonces, digamos: el chico que te gusta te invita a salir. Le dices que tienes que pensarlo, aunque te gusta mucho.
Entonces, ¿cómo decides?
Paso 1: Consideras quién eres y qué valoras como persona. ¿Valoras el romance por encima de la ambición? ¿Estás dispuesto a dedicar el tiempo necesario para una relación?
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Paso 2: Consideras qué efecto tendría esta elección en tu vida. ¿Cómo te sentirías habiendo hecho una elección frente a la otra?
Paso 3: Te preguntas cuáles son tus complejos. En el caso que he descrito, opté por no salir con esta persona porque a pesar de lo mucho que me gustaba, me di cuenta de que nuestra diferencia en las opiniones religiosas y las diferentes filosofías de la vida interferirían con nuestra compatibilidad. Pero sea cual sea la elección, tendrá razones que lo harán dudar acerca de cualquiera de las dos opciones.
Paso 4: Haga una lista real sobre lo que le hace cuestionar su elección.
Paso 5: Sé valiente y crea uno que se alinee con tus valores, virtudes y deseos. Haz una elección que creas que es admirable.
Paso 6: Quédate con esa elección.