Nunca, nunca deberían los argumentos disminuir la autoestima, ya que la naturaleza de la argumentación es demostrar un punto con hechos y razonamientos sólidos, convenciendo a la oposición de alinearse con la posición de uno. No obstante, cuando los argumentos difieren de ser sobre el tema a ser sobre el tema, esto puede ser perjudicial tanto para la autoestima como para el progreso. Por lo tanto, los participantes deberían asegurarse de permanecer enfocados en los argumentos de la oposición.
Además, nunca debería ser vergonzoso conceder la derrota, ya que esto permite reflexionar sobre las falacias lógicas de su argumento y construirlo para su uso futuro. Además, concederlo demostraría gracia y tal vez cosecharía el respeto de los presentes. Por lo tanto, los argumentos no deben quitar la autoestima, aunque esto es relativamente común.
Ahora, si siente que se está poniendo a sí mismo en un argumento que no puede ganar, debe considerar si su posición realmente tiene mérito. Esto te salvará la cara y también te dará el conocimiento de que tienes la dignidad de aceptar tus propios defectos. Además, si sientes que no estás en un lugar para aceptar un argumento sin perder la autoestima, deberías librarte de este escenario y practicar con debates menos importantes.
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