Tomé muchas clases maravillosas cuando estaba en Bible College; El mejor que tomé se tituló: La Iglesia Perseguida. Era una clase de 1 crédito hora que se reunía una vez al mes. Casi no lo tomé porque no parecía una clase real; Me alegro de haberlo hecho.
El profesor “Al” era un misionero de 80 años que había predicado en varios países africanos. Sus cejas sobresalían, sus ojos eran de un azul brillante, tenía la sabiduría de la vejez, pero su notable TDAH, su energía vital y sentido del humor me hicieron olvidar cuántos años tenía realmente. Es una de las personas más bonitas que he conocido.
Una historia que contó me ha quedado grabada a lo largo de los años y la recordaré hasta el día de mi muerte.
Al hizo un “permiso” para visitar las diferentes iglesias que apoyaron su trabajo misionero. Visitó una pequeña iglesia que tenía un problema particular; El caballero que tocaba el piano para la adoración en la iglesia era suicida. Los miembros de la iglesia habían hecho todo lo posible para ayudar al caballero, pero fue en vano. Le pidieron a Al que se sentara con el hombre y lo ayudara.
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Al le preguntó al hombre por qué quería suicidarse. Después de que el hombre le dijo que Al se dio cuenta de que no había nada que pudiera decir para disuadirlo. Como dijo Al: “¡Su vida fue tan terrible que quise sacarlo de su miseria yo mismo!” Al se le ocurrió una solución interesante. “Si vas a matarte, al menos hazlo de una manera que sirva a Dios. Conozco a algunos misioneros que están introduciendo Biblias de contrabando en cierto país. Si te atrapan trayendo estas Biblias, te dispararán. ¿Puedes al menos posponer matarte hasta que te llevemos allí? El hombre estuvo de acuerdo.
El pianista llega a la frontera, le entrega las Biblias, entrega las Biblias y regresa sano y salvo. “Todavía estoy vivo”, se queja. Entonces lo mandan de regreso y sucede lo mismo. Lo envían por tercera vez. Esta vez regresa con ojos brillantes y dice “He encontrado una razón para vivir”.
Tengo también. Esa historia es cierta y cambió mi vida. Es la mejor lección que aprendí en la universidad.