No hay animal más exitoso que el hombre ya que no hay hombre viviendo con otros hombres, más equivocado acerca de su verdadera identidad en la relación con su creador.
Todo comenzó con una palabra, la primera pronunciada por el primer hombre que habló, y fue contractualizada por el otro hombre que miles de años más tarde, la escribió.
Hablar y escribir han sido los inventos más extraordinarios de la humanidad, pero han provocado la traición del orden natural de las cosas.
A través de nuestra creatividad escrita en nuestros libros, sagrados o no, nos convertimos en el creador de dios, sin darnos cuenta de que éramos esos dioses.
- ¿Qué es una cosa que sabes muy bien pero te resulta difícil de expresar?
- ¿De qué manera Dios te ha hecho especial?
- ¿Los más cercanos a ti determinan lo feliz que eres? ¿Hasta qué punto crees que esto no importa?
- ¿Es la conciencia la unidad básica del universo, no la materia?
- ¿Cuáles son los límites de la ciencia? ¿Puede la ciencia explicar / definir la vida? ¿Puede explicar la conciencia? ¿Puede explicar la causa de la felicidad y la miseria? ¿El método científico y su uso se limitan simplemente al mundo físico y sus procesos?
Al olvidar nuestra verdadera naturaleza, alimentamos nuestro orgullo y nos convertimos en dictadores de los seres humanos menos fuertes, pero en particular de nuestros hermanos y hermanas, los animales y la naturaleza, que, incapaces de su forma, de actuar o pensar como seres humanos, se convirtieron y son nuestras víctimas.
Es extremadamente importante que nos demos cuenta de que, a pesar de nuestro progreso construido en el hombro de millones y millones de hombres, si ignoramos la realidad de nuestra naturaleza, enfrentaremos circunstancias tan terribles que desearemos ser como antes. La invención de los medios de comunicación verbales y escritos.
Solo se necesitaría una cuarta parte de las bombas atómicas disponibles para destruir todo lo que nosotros, tan dolorosamente, hemos construido durante millones de años.
No podemos olvidar quiénes somos ahora, pero para sobrevivir, debemos recordar quiénes éramos entonces.
Debemos mirar a los animales y copiar tanto como podamos su felicidad y sobre todo su sabiduría.