Para mí, la tragedia de la vida es que estamos diseñados para sufrir. Los seres humanos son criaturas emotivas, y uno de los impulsos emocionales más fuertes que tenemos es el deseo de ser feliz. Sin embargo, cada vez que alcanzamos nuestras metas, podemos estar satisfechos por un tiempo, pero pronto sentiremos la necesidad de hacerlo mejor una vez más. Es gracias a esto que somos las especies más exitosas del planeta, pero esto también significa que nunca seremos verdaderamente felices.
Para alcanzar nuestras metas, nos mantenemos despiertos durante largas horas trabajando o estudiando, postergando las actividades que disfrutamos para adelantarnos a nuestros compañeros. Que sea en el trabajo, en la escuela o incluso entre nuestros familiares, estamos compitiendo constantemente por ese breve estallido de felicidad; solo para atravesar todo el sufrimiento que traes sobre ti y sobre los demás una vez más.
Al final, puede ser físicamente más rico, pero no importa cuánta riqueza obtenga, nunca estará completamente satisfecho. Todos estamos luchando por algo que nunca podemos lograr.